Sobre mí

Me llamo ALEXANDRA PONESCU, soy de origen rumano y cuando tenía 19 años me mudé a Tenerife. Y lo cierto es, que pase de un país donde la mentalidad en aquellos momentos, era muy cerrada (más bien machista), a otro lugar maravilloso, donde la mentalidad de la gente era totalmente abierta.
Pasé de tener mi pareja estable y estar en mi burbuja, bien cuidada y protegida, a salir con otro tipo de hombres.

Así que, nada más llegar, conozco un chico. Empezamos a salir, como cualquier relación de dos personas que se gustan, pero unos meses más tarde, y sin querer, le escucho como le decía a un amigo que me iba a drogar sin que me enterara. En ese mismo momento cogí un taxi y me fui a casa. Y fue así, como él desapareció de mi vida.
Pero lo que no conseguía hacer desaparecer (cosa que hizo que mi mundo se tambaleara), fue no poder entender, el por qué alguien que se supone que tiene que quererte y protegerte, te puede hacer tanto daño. Y como si eso no fuera suficiente, después empiezo a averiguar que su forma de vida era muy oscura. Cometía todo tipo de atracos, vendía drogas y lo menos importante en toda esta corta historia, se acostaba con otras mujeres.
Y me preguntaréis como he llegado a salir con alguien así. Pues, en esos momentos yo tampoco lo entendía, dado que mi estilo de vida era totalmente diferente al suyo. Yo era deportista, no tomaba sustancias, no bebía, no fumaba, venía de una familia seria. En definitiva, dos personas totalmente opuestas.
Bueno, ninguno de nosotros pide el curriculum vitae o investiga a sus pretendientes, ¿no?. O eso era lo que yo me decía a mi misma para poder encajar el duro golpe recibido, donde mi confianza en las parejas se había roto en mil pedazos.
Y aquí entra esa eterna pregunta; ¿Por qué a mí?. Pregunta que me ha perseguido muchos años.

Tiempo después, empecé a salir con otro chico. A los pocos meses me quedo embarazada. Yo tenía 23 años. Al contárselo, él decide abandonarme.
Reconozco que este episodio de mi vida, ha sido con diferencia, el más duro para mí.
He estado años deseándole lo peor, hasta que un día, me di cuenta que el dolor que llevaba dentro era sólo mío y el peso que ocupaba en mi alma era insostenible.

Y así se pueden resumir mis catorce años en Tenerife, en el plano sentimental, persiguiendo hombres que me engañaban, me pisoteaban, me anulaban y no me daban el sitio que yo me merecía.
Hasta que me cansé y me mude a Madrid.
Pensé que mudarme a otra ciudad iba a ser mi salvación. Un sitio nuevo donde podía encontrar a un compañero de vida que me valorara y respetara.
Lo que yo no sabía en esos momentos, era que no tenía que cambiar de ciudad, que el problema era yo, y por tanto, yo tenía que cambiar.
Y en Madrid, más de lo mismo…

Pero en cierto punto, algo pasó. Tuve un mal año (a nivel laboral, afectivo, familiar, etc).
Toqué fondo y todo se desmoronó.
Me perdí a mi misma:
Ya no sabía hacia donde ir, ni qué hacer con mi vida…
Pero a nivel de pareja, en esos momentos vi algo muy claro. Sentía que vivía la misma mala relación, una y otra vez, pero con otras caras.
Claramente estaba metida en un gran bucle de cual no sabía como salir.
Fue ahí cuando solté esta pregunta al aire: ¿Qué es lo que YO hago mal, para vivir esta mala relación una y otra vez?.

 ¡Ese fue el momento en cual, mi vida empezó a cambiar!
Porque, cuando estás preparado para ver y escuchar, las respuestas llegan y con ellas el poder de mejorar tu vida, entender lo que te pasa, cambiar lo que no te funciona y soltar los pesos que tu alma lleva años cargando.

Todo cambió cuando alguien me invitó a un taller de crecimiento personal y a partir de ahí, decidí estudiar Coaching y Programación Neurolingüística. Gracias a ello soy consciente de que puedo reprogramar mi mente y lo utilizo como una herramienta más en mi día a día.
He pasado de ser una persona triste, cerrada y negativa a tener alegría, positivismo y a ver posibilidades infinitas en todo.
Además vivo más en el “día a día” y menos en el futuro o en el pasado.
Y disfruto de todo: mi propria compañía, mis padres, mis amigos, el perro, la comida, el amor, el sexo, etc.
A nivel de pareja, ya no uso frases como; “el mercado esta muy mal”, porque sé lo importantes que son las palabras que usamos a la hora de atraer personas o situaciones. “La palabra crea”.

He podido perdonar ese abandono, perdonar a mis ex, y a mí misma.
El pasado ya no me pesa y siento mi alma ligera como una pluma.
Ahora puedo tener relaciones sanas y atraigo a otro tipo de personas a mi vida, ese tipo de personas maravillosas con cuales antes sólo soñaba.
¡Yo he cambiado!.
¡Y si tú cambias, todo cambia!.
Ya no uso la pregunta: ¿Por qué a mí?.
Muchos años he estado aletargada en un estado total de victimísmo con lo cual ya no me siento identificada, porque yo soy la única persona responsable de mi vida, mis acciones y mi destino.Y si vuelvo a equivocarme, no pasa nada, ahora tengo herramientas que me ayudaran a ver las cosas para poder tomar mejores decisiones.

Sigo soltera, pero ese miedo tremendo a la soledad ha desaparecido porque me tengo a mí misma. 
¡Y, por fin, he encontrado el amor!.
¡Estaba dentro de mí!.
Ya no busco desesperadamente el amor fuera.
Tampoco permito que me pisoteen o que me anulen.
¡Me amo demasiado, para permitirlo!.

Gracias al crecimiento personal, he conseguido verme, reconocerme y amarme como la persona única y maravillosa que soy.
¡ME SIENTO FELIZ!.
Ahora, mi vida tiene sentido y es maravillosa.
Siento que estoy donde tengo que estar, haciendo lo que me gusta hacer, con las personas que quiero tener mi vida.
Y si yo he podido emprender este viaje hacia mi interior para descubrirme y poder cambiar,¡tú también puedes!.

¿Te atreves a embarcarte hacia el mejor viaje de tu vida?.

Una última cosa: una vez que te hayas embarcado nunca podrás parar, porque el crecimiento personal es un estilo de vida.